Fecha de publicación: Lun, 07/12/2015 - 16:13

RADIOGRAFÍA DE LA EVALUACIÓN DE LA EDUCACIÓN EN LATINOAMÉRICA

Conocer qué se está evaluando en educación y cómo, en países como Colombia, México, Perú, Ecuador, Costa Rica y Chile, es el resultado más importante de los dos días de discusión y diálogo que sostuvieron los expertos en educación y en evaluación educativa, e investigadores en temas relacionados con la educación integral desde la escuela.

Los Representantes del BID, la UNESCO, EUrosocial, la IEA, la OCDE, el ICFES, ministerios y universidades se reunieron en torno a la gran pregunta del Congreso latinoamericano sobre evaluación de competencias y capacidades ciudadanas, y habilidades para el buen vivir ¿Qué evaluar para una formación integral?

Este esfuerzo conjunto entre la Secretaría de Educación de Bogotá (SED), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y la Fundación Antonio Restrepo Barco, en el marco de los objetivos del Sistema Regional de Evaluación y Desarrollo de Competencias Ciudadanas (SREDECC), liderado por los ministerios de Colombia, México y Costa Rica, ratifica el consenso sobre la necesidad de fortalecer los procesos de la formación integral, basada en el desarrollo de habilidades y capacidades que van más allá de lo cognitivo, como lo establece una de las metas de los nuevos objetivos de desarrollo sostenible que se han suscrito para orientar los esfuerzos de la humanidad a garantizar que  “todos los seres humanos del planeta, tengan derecho, a través de la educación, a una formación plena para la paz, los derechos humanos, la democracia, la ciudadanía y la perspectiva de género”.

Para la UNESCO hay un énfasis cada vez mayor en todo el mundo sobre la necesidad de dotar a los estudiantes con un conjunto de competencias clave o destrezas esenciales, que se han definido como habilidades del siglo XXI, para tener éxito en la educación, y para el desarrollo personal, el empleo y la inclusión en la sociedad del conocimiento, pero también se requiere el desarrollo de habilidades socioemocionales o aquellas que pertenecen al área del comportamiento o que surjan de los rasgos de personalidad.

En este contexto, surge entonces la necesidad de definir cuáles son esas habilidades o capacidades para el buen vivir, que contribuyen a la formación de una ciudadanía global, y cómo evaluarlas. Un trabajo que justamente durante los últimos tres años ha venido desarrollando la OCDE, con la colaboración de expertos y referentes internacionales exitosos.

Según Koji Miyamoto, director del proyecto de Educación y Progreso Social (ESP), Centro para la Investigación e Innovación Educativa (CER)- OCDE, el resultado es haber logrado identificar esas capacidades que son importantes, y dividirlas en tres pilares: un grupo de habilidades sociales y emocionales, que son importantes cuando los individuos tratan de cumplir metas (responsabilidades, perseverancia y autocontrol); una segunda categoría, son las habilidades que importan cuando trabajamos y colaboramos con otras personas (sociabilidad, respeto e interés, solidaridad), y otra dimensión, corresponde a esas capacidades sociales y emocionales que son importantes para permitir que niñas, niños y adultos afronten los tiempos difíciles y puedan manejar sus emociones (autoestima, optimismo autoconfianza).

María del Carmen Huertas, analista del equipo de Educación y Progreso Social (ESP) de la OCDE, sostiene que uno de los objetivos del Congreso es tener una foto de lo que  se está haciendo en los países de América Latina, aprender de las buenas prácticas para poder avanzar en el tema.

“De los muchos ejercicios de medición de competencias que tiene la OCDE el más conocido es Pisa, cuyo foco principal es lo cognitivo; ahora quiere ir más allá  y por eso hace tres años hemos estado trabajando en un nuevo estudio para poder medir las competencias socioemocionales de manera longitudinal, siguiendo a los niños durante el tiempo para ver cómo se desarrollan este tipo de competencias. Se va a medir a los estudiantes en primer grado de primaria y 7º grado de secundaria, para tener una radiografía inicial de cómo están en ese tipo de habilidades y luego ver cómo se van desarrollando a través de la influencia de las prácticas de los padres de familia, de los maestros, etc., para poder identificar qué es lo que funciona para desarrollar ese tipo de competencias, e informar a los responsables de políticas públicas y a los maestros dónde tienen que invertir más esfuerzos para mejorar este tipo de habilidades”, precisa.

En este momento el estudio se encuentra en la etapa de desarrollo, con un marco conceptual propuesto por la OCDE, a lo cual le seguirán el desarrollo de los instrumentos y una etapa de pilotaje, que puede tardar entre tres y cuatro años, para finalmente aplicar la medición, que se va a hacer de forma anual en países de la OCDE,  específicamente en ciudades, entre las cuales estarán posiblemente dos ciudades de Brasil, Bogotá-Colombia, Otawa-Canadá, Oslo-Noruega, Roma-Italia, Seúl-Corea, y Moscú en Rusia, lo cual va a permitir también hacer una comparación internacional.

Una muestra de buenas prácticas

En el año 2004, el Ministerio de Educación Nacional de Colombia publicó los Estándares Básicos de Competencias Ciudadanas e inició la evaluación de dichas competencias, en lo cual es pionero en América Latina. Esta evaluación, realizada a estudiantes 5° y 9°, no se centra en conocimientos únicamente, se cuestiona por el hacer y el ser que se está formando, por lo cual incluye preguntas para conocer la percepción de los estudiantes frente a determinadas características de los ambientes donde interactúan y establecer el grado de desarrollo de habilidades para actuar, reflexionar, sentir, y comunicarse en su vida cotidiana, en pro del bienestar de sus comunidades. 

Durante 2009 y 2015, el país participó en la evaluación internacional Cívica y Ciudadanía, ocupando el segundo lugar en 2009, después de Chile.

De acuerdo con los informes de estos resultados, los estudiantes colombianos valoran más la ciudadanía como movimiento social que sus pares de los restantes países latinoamericanos, la mayoría valora la igualdad de género, pero hay un grupo de estudiantes que considera que los hombres tienen más derecho al trabajo que las mujeres, y que están mejor calificados para la conducta política.

Durante el año 2014 y 2015, la Secretaría de Educación (SED) aplicó las Pruebas SER, como una innovación, a los estudiantes de grado 9° de los colegios oficiales, y a una muestra de colegios privados. Se trata de una medición en tres áreas: arte, bienestar físico y capacidades ciudadanas, desde el ámbito individual y grupal.

El mensaje de las Pruebas  SER es que el currículo está integrado por dominios de lo cognitivo (el lenguaje, la lógica  matemática, las ciencias naturales y sociales, una segunda lengua), pero también por dominios que van más allá, pero que juntas contribuyen a una formación integral, desde la multidimesionalidad del ser humano.

Así mismo, tomando como base la Encuesta de Victimización realizada en el año 2006 y 2011 en Bogotá, la Secretaría de Educación aplicó la Encuesta de Clima Escolar y Victimización durante los años 2013 y 2015, manteniendo una serie con los elementos que traía y adicionando algunos temas relacionados con seguridad de entornos escolares, detección de situaciones de conflicto, conductas suicidas, pandillismo, drogadicción, y la sistematización de situaciones críticas, para apoyar procesos de orientación escolar. Además, gracias a la relación recientemente construida con la OCDE, la entidad distrital viene participando en el estudio longitudinal sobre competencias socioemocionales.

La Unidad de Medición de la Calidad Educativa (UMC) del Ministerio de Educación del Perú, a partir del 2004, además de las áreas de comunicación y matemáticas realiza la evaluación de competencias y capacidades ciudadanas, vinculadas con la formación ciudadana, en estudiantes de 6° de primaria y 5° de secundaria en una muestra representativa de la diversidad de la escuela en el país: públicas, privadas, urbanas, rurales, polidocentes completas, unidocentes y multigrados. La formación ciudadana no constituye un área curricular, sino un eje que debe desarrollarse en todas las áreas, de manera que se integre a la vida curricular y de la escuela.

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), de México, realizó la primera medición de habilidades para la convivencia escolar en junio de 2015, en estudiantes de 6° de primaria y 3° de secundaria, en una muestra representativa de las escuelas del país. Los aspectos considerados en el diseño del formulario fueron: solidaridad, manejo de conflictos, respeto y armonía, percepción de apoyo de compañeros, actitudes hacia los compañeros; además de variables individuales como: participación, tolerancia, cumplimiento de reglas, iniciativa, actitud hacia las clases y hacia la escuela.

El INEE continúa trabajando en las fases de análisis y difusión de los resultados puesto que en este momento todavía falta cumplir con los propósitos de la evaluación: obtener un diagnóstico de las habilidades para la convivencia que reportan tener los alumnos que están por finalizar su educación primaria y secundaria, comparar estas habilidades en diferentes subpoblaciones, así como  explorar su relación con otros aspectos. En abril de 2016 se emitirá el informe de los resultados de PLANEA (Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes), el cual incluirá este instrumento.


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