Fecha de publicación: Jue, 10/12/2015 - 15:35

CONOZCA A LOS ‘ESPANTA PROBLEMAS’, ESTUDIANTES QUE ALIVIAN CORAZONES

En el colegio Gerardo Molina Ramírez, niñas, niños y jóvenes de aula regular y en condición de discapacidad crearon un grupo dedicado a sanar heridas. Así trabajan los ‘espanta problemas’.

Kevin Hernández necesita un consejo para pasar una pena de amor. “Invocar a los espanta problemas es muy fácil: solo es necesario dejarles una carta en su buzón, y esperar que te busquen para hablar contigo”, dice el estudiante de grado 7º con un gesto de esperanza.

Kevin escribe su carta y se dirige al buzón que se encuentra en el área de descanso del colegio Gerardo Molina Ramírez de Suba. Un lugar que no pasa desapercibido, pues está decorado con un espantapájaros de colores y a su alrededor lo acompañan cinco ‘atrapa sueños’.

“Aquí se siente tranquilidad, paz y calma. Sé que pronto no voy a tener más preocupaciones”, manifiesta Kevin, quien mete su carta en la caja de plástico transparente, en la que son visibles muchas cartas más.

“Confío en que me van a ayudar a hablar con mi novia para arreglar todo. Le dije una mentira tonta, que espero me perdone”, afirma Kevin, quien cabizbajo se dirige a su clase de filosofía.

‘Los espanta problemas’ son expertos en sanar corazones. Una tropa de potenciales cupidos, enfermeros del alma y embajadores de paz integrada por 35 estudiantes de primaria y secundaria, de aula regular y en condición de discapacidad cognitiva, motriz y habla, que están decididos a darle un buen susto a las dificultades.

Esta iniciativa que creó la maestra Diana Martínez hace tres años, busca empoderar a los pequeños, promover su liderazgo y hacerlos artífices de nuevas formas de solucionar conflictos donde brille la convivencia, el respeto y el amor.

“Cuando llegué al colegio, vi que muchos niños creían que eran los únicos que tenían problemas. No se daban cuenta de que tenían alrededor a otros compañeros que los podían apoyar. La idea es que no se ahoguen en sus conflictos ni sus dudas”, cuenta la profe Diana, quien ha capacitado a los estudiantes, en mediación y solución de conflictos.

“Todos podemos ayudar a otros y brindarles un buen consejo. Este grupo de chicos ha sacado de aprietos a muchos compañeritos, quienes habían creído que nada tenía solución”, agrega Martínez y cuenta que los estudiantes han aprendido a opinar, argumentar y analizar los casos que reciben a diario.

Hasta el día de hoy, más de 100 cartas que han recibido la respuesta oportuna de los ‘espanta problemas’ para quienes la escritura es una de las mejores maneras para abrir el corazón y la mente.

¡Los ‘espanta problemas’ aparecen!

Todos los viernes, después de que finaliza la jornada escolar, los ‘espanta problemas’ se dirigen al buzón y toman todas las cartas que han recibido. Luego, se dirigen al aula múltiple para empezar a leer cada uno de los mensajes y tomar decisiones.

“Ya que conocemos a la novia de Kevin, la idea es ubicarla, saber qué pasó y cuál es su posición. Después de eso, es importante hablar con Kevin y brindarle un consejo”, dice Sofía Álvarez, estudiante de 7° y miembro del grupo ‘espanta problemas’, quien lee en voz alta el caso de este estudiante.

“Siempre nos reunimos y entre todos miramos cuál es la mejor solución. Los espanta problemas somos unos duros para solucionar conflictos de amor, de amistad y enemistad”, dice Álvarez con un gesto de seguridad.

Por otra parte, Carol Soto Delgado, estudiante de 5° que sufre un trastorno del habla, afirma con algo de timidez y una sonrisa, que hacer parte del grupo la llena de felicidad y amor. “Estar aquí es chévere porque podemos ayudar a niños que lo necesitan, es muy lindo sanar corazones y sacar sonrisas”, agrega la pequeña.

“En este grupo nadie es mejor que nadie. Entre todos, tomamos decisiones, opinamos y llegamos a conclusiones. Además, les resaltamos a los demás, que de nada sirve la preocupación excesiva y la negatividad. Al contrario, todos deben relajarse y disfrutar de los días”, concluye Carol.

Una solución efectiva a los problemas

Luego de leer cada una de las cartas, los estudiantes se reúnen en círculo para llegar a diferentes acuerdos y soluciones. Cuando alguno quiere hablar, solo levanta la mano y toma la palabra.

“El objetivo es que todos los problemas se terminen en el menor tiempo posible. Solo era cuestión de que las dos partes analizaran las cosas, y se dieran cuenta de que el cariño y el amor tienen mayor poder sobre las dificultades”, dice con una sonrisa Sofía.

Luego de pasar por esta triste situación, Kevin se compromete a no volver a decir mentiras. Además, resalta que en una crisis de amor lo realmente importante es mantener la calma, pensar con cabeza fría y reconocer sus faltas.

“Aquí le tenemos la solución a sus dificultades. No se llene de malos hábitos y conductas negativas. Disfrute cada día como si fuera el último”, resalta la estudiante Sandoval, quien además agrega que ayudar al prójimo debería ser una obligación. “En este grupo nunca me he sentido excluida por tener una discapacidad. Al contrario: me siento parte de un grupo de hermanos”, dice Carol con un gesto de felicidad, mientras agrega que el requisito para ser miembro del equipo es ser buena persona, amoroso, equitativo, respetuoso y responsable.

Diez claves para espantar los problemas

Este grupo de estudiantes, le dan consejos para espantar la mala energía de su vida. Los jóvenes le regalan las ‘claves’ para dejar las preocupaciones a un lado y prevenir problemas.

“Siempre estaremos aquí para apoyar, respaldar y brindar un abrazo. Cuando lo necesite, no dude en buscarnos”.

  1. Ante cualquier situación, mantenga la calma y piense con objetividad.
  2. Busque siempre el lado positivo de las cosas.
  3. Deje a un lado la terquedad, la soberbia y la depresión.
  4. Escuche el consejo de un buen amigo.
  5. Crea en usted mismo.
  6. Tolere y respete a los demás.
  7. Sea consciente de cada una de las cosas que va a hacer.
  8. No piense en su pasado. Más bien, disfrute su presente.
  9. Deje de preocuparse por todo.
  10. Disfrute lo que tiene, y sea agradecido.

 


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