Fecha de publicación: Mié, 09/11/2016 - 12:18

APRENDER Y EMPRENDER: ASÍ LO HACEN ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD DEL COLEGIO GUSTAVO RESTREPO

En esta institución oficial de Rafael Uribe Uribe, que atiende a más de 400 estudiantes en condición de discapacidad cognitiva, maestros combinan los aprendizajes curriculares con un proyecto de emprendimiento que los anima a forjar sus proyectos de vida. Conozca esta experiencia de inclusión educativa en Bogotá.

Durante todo el año escolar, los 411 estudiantes en condición de discapacidad cognitiva leve y moderada del colegio Gustavo Restrepo, llevan a cabo un proceso de educación ocupacional en el cual amplían y diversifican los aprendizajes de aula a través de la exploración de diferentes técnicas y oficios.

Para la coordinadora Sonia Yaneth Córdoba, la educación ocupacional y los talleres pre ocupacionales brindan a los estudiantes en condición de discapacidad herramientas para la vida productiva y facilitan los procesos de aprendizaje de los contenidos curriculares. Es una ganancia de doble vía.

“Se trata de brindarles a los estudiantes herramientas que les permitan formular estrategias de emprendimiento articulando lo adquirido en la formación académica y vocacional con sus gustos, necesidades y proyectos de vida”, cuenta la docente.

Los proyectos empresariales y productivos de los estudiantes se mostraron en la Feria de Emprendimiento de las aulas de apoyo especializadas de esta institución, que se llevó a cabo la semana anterior. Un espacio al que asistieron padres de familia y comunidad educativa en general, en donde los expositores exhibieron sus impresionantes iniciativas en producción de alimentos, tejidos, marroquinería, costura, entre otros, dejando ver sus capacidades y talentos.

“Para nosotros, la parte ocupacional es la didáctica para aprender lo académico. Por medio de estas actividades, que a los muchachos les resultan lúdicas y entretenidas, integramos los conocimientos académicos de matemáticas, de ciencias, de lenguaje. Por ejemplo, en marroquinería tienen que utilizar el metro, cortar, confeccionar; ahí trabajan los sistemas de medida, la aritmética y la motricidad fina. Para ellos es más fácil adquirir el conocimiento por esta vía”, sostiene la docente.

Educación que va más allá

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En esta institución del sur oriente de la ciudad, el proceso de educación ocupacional con los estudiantes en condición de discapacidad cognitiva empieza con la exploración de diversos oficios. En una segunda etapa, los estudiantes, de acuerdo a sus talentos, gustos y necesidades, eligen un oficio determinado y de ahí pasan a los talleres donde conocen a fondo las técnicas y procesos. En el último nivel – que es para los grados superiores – los jóvenes materializan los procesos en productos terminados que se ofrecen en la feria.

Las diferentes fases del proceso, como destaca la maestra Sonia, permiten a los estudiantes vivenciar un ejercicio laboral real donde se trabaja la responsabilidad, la creatividad, la iniciativa y la autoconfianza a través del desarrollo de competencias labores, sociales y ciudadanas.

“La idea es que estos procesos productivos, estas ideas e iniciativas de emprendimiento, tengan continuidad después de que los estudiantes se gradúen y que les sirvan como fuente de ingresos adicional para ellos y sus familias y como un proyecto de vida que les ayude a consolidar sus habilidades y talentos”, reitera la docente Sonia Yaneth Córdoba.

Adicional a lo adquirido en el proceso, la planeación, el montaje y la realización de la feria propicia la vinculación del grupo familiar y de una sincronización de esfuerzos entre padres y docentes en pro de la formación integral de estos estudiantes; niñas, niños y jóvenes que con su trabajo demuestran que no existen límites y que se proyectan como los empresarios del futuro.

Porque una ciudad educadora es una Bogotá mejor para todos.


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