El estudiante de 11 años de un colegio público de Bogotá que se reencontró con el universo de las letras en la FILBo 2022

Cristian Nicolás Peña Hernández, estudiante de grado quinto del colegio Técnico Jaime Pardo Leal de la localidad Antonio Nariño, fue uno de los 10.000 estudiantes de la ciudad que asistió a la Feria Internacional del Libro de Bogotá para vivir nuevamente el mágico mundo de la lectura y la escritura.

“Estoy tan emocionado de volver a este espacio porque puedo leer, dibujar, recortar, escribir, presentar mis cuentos y divertirme con mis amigos”. Así relata Cristian Peña de 11 años su experiencia en la FILBo a donde tuvo la oportunidad de regresar para reencontrarse con la literatura e imaginarla.

Al ingresar a la feria se sorprendió con el imponente marco que tenía este recinto. Aun no lo podía creer, mientras caminaba con sus compañeros de clase por la plaza de banderas de Corferias tenía algo en mente: recorrer todos los pabellones, pero sabía que tenía el tiempo justo para esta visita.

Y es que no es para menos, este evento cultural de mayor trayectoria en Colombia tuvo que realizarse en los últimos dos años de forma virtual por cuenta de las medidas restrictivas de aislamiento social por la covid-19. Por eso, su regreso a la presencialidad fue uno de los más esperados por Cristian que escribe cuentos infantiles en su institución educativa.

En su visita, este estudiante tenía el rol de expositor junto con sus compañeros de clase en el pabellón Leer para la vida, escenario propicio para conocer procesos de creación y conexión alrededor de la lectura que ocurren en Bogotá. En este espacio mostraría cuentos hechos por estudiantes para estudiantes.

Cris, como lo llaman sus amigos desde que tenía siete años, elaboró su primer cuento que título ‘El monstruo de los dientes’, una historia que invita a niñas y niños a cepillarse los dientes porque de no hacerlo, el monstruo los asusta todas las noches. En 2021 escribió ‘Juan regueros’, ‘El virus no es un cuento’ y ‘el sapo viejo’.

Estos relatos y otros más fueron presentados por Cristian y sus compañeros a través de actividades lúdicas para que estudiantes de otros colegios se motivarán a leer estas historias infantiles. “Hicimos adivinanzas y juegos para que las personas conocieran lo que escribimos y así logramos compartir nuestros cuentos. Me sentí como un gran escritor contando mis cuentos, varios niños me escucharon y les gusto lo que escribí, eso me puso muy feliz”, destaca Cristián.

En su exposición, los asistentes no perdían detalle, su discurso del cuento del monstruo de los dientes cautivo a más de uno, tanto así que la sala se llenó y nadie se quería perder de su historia. En realidad, era sorprendente escuchar a este pequeño hablar de su cuento. Al final, todas y todos se llevaban una enseñanza de higiene que nuestro autor esperaba que pusieran en práctica.

Es importante resaltar que estos cuentos son una realidad gracias a la profesora Diana Reyes, licenciada en lengua castellana y literatura, y docente del colegio Técnico Jaime Pardo Leal, quien desde la educación inicial trabaja con sus estudiantes temas de lectoescritura y fomenta el hábito de la lectura con cuentos infantiles.

Según ella, “leer y escribir son dos grandes herramientas que sirven para toda la vida, no solo para empoderar la imaginación de la literatura, sino para desarrollarse de forma integral. Por eso, desde muy pequeños, empiezo a cultivar la lectoescritura con mis estudiantes”.

En su opinión, “esta es una maravillosa oportunidad para que las niñas y niños de nuestra institución puedan mostrar sus cuentos. De esta forma, se mejora en ellas y ellos la autoestima, se interesan más por la lectura, se motivan más por escribir y cada día están más animados a practicar estas experiencias y a socializar”.

Frente a al trabajo de Cristian, la docente Diana no se reservó elogios. “Cristian escribe con muchísima facilidad, es uno de los mejores niños del aula y contagia a los demás convirtiéndose en un líder positivo, es muy dedicado y permite que se le hagan correcciones sobre lo que escribe, tiene un proceso de lectoescritura bien estructurado”.

En su visita a la FILBo, nuestro joven escritor no solo fue expositor, también tuvo la oportunidad de recorrer algunos pabellones con sus amigos y disfrutar de sus espacios. Abrió libros para leer sus prólogos, vio caricaturas, toco muñecos vestidos de súper héroes en cerámica, escribió en un mural sobre lo que pensaba de volver a la feria, entre otras actividades.

“Necesitaba vivir nuevamente esta experiencia, sentir y tocar los libros es algo que no puedo describir, solo sé que esta visita me ha hecho muy feliz”, concluye Cristián.

El Distrito en la FILBo

Una programación literaria, artística y cultural con más de 160 actividades se presentaron en la Feria Internacional del Libro de Bogotá por parte de las entidades del Distrito. Los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer una diversidad de publicaciones que reflejan múltiples voces de autores que han interpretado acontecimientos, personajes, momentos históricos de Bogotá y que se manifiestan en novelas, cuentos, poesía, que iluminan la interpretación de la ciudad en la que habitamos.

En el pabellón del Distrito se destacaron conversatorios sobre la gestión territorial bibliotecaria, el papel de la lectura en tiempos adversos, así como otros sobre literatura y cuidado. También se realizaron actividades culturales y de promoción de lectura en el BibloMóvil y la Biblioteca Itinerante de BibloRed, dos iniciativas móviles destinadas para viajar por la ciudad acercando la lectura a los barrios y localidades de Bogotá.

En el marco de FILBo Ciudad, los bogotanos disfrutaron de una programación cultural gratuita que incluyó más eventos presenciales en espacios de lectura de BibloRed como las bibliotecas Carlos E. Restrepo, Julio Mario Santo Domingo, Virgilio Barco, Manuel Zapata Olivella, El Mirador, La Peña, Suba y las bibliotecas público escolares Pasquilla y La Marichuela.

Estudiantes de 10 colegios públicos fueron visitados por 10 autores reconocidos a nivel mundial con quienes tuvieron la oportunidad de conversar, escuchar consejos y aprender sobre el mundo de la lectura y la escritura.

¡La educación en primer lugar!