Los concursos: un método que favorece la producción textual de los estudiantes

Ana Teresa Muñoz Díaz es docente de Literatura del colegio distrital Morisco de Bogotá, donde lleva más de 10 años trabajando con mucho agrado, porque le gusta su organización y gestión de calidad que le permiten tener claras las metas institucionales y saber para dónde va cada uno de los estamentos.

Se considera una maestra de corazón y de misión que lleva preparándose toda su vida: primero, como normalista superior formada por las monjas bizantinas; luego, como licenciada en Filosofía y Literatura, en la Universidad Javeriana y, finalmente, con su posgrado en Producción de Libros de Texto, en la Universidad Externado.

Además, esta maestra ha escrito dos libros sobre antología y literatura universal para el grado 11.°, que es donde más le gusta desempeñarse, “sobre todo, el movimiento existencialista, porque genera crítica al mundo de hoy, al mundo del absurdo, al mundo de la nada, al mundo de para dónde voy y de dónde vengo, de una filosofía profunda”, explica.

La profe Ana Teresa cree que los métodos de enseñanza evolucionan y se van mezclando: “Yo no puedo preparar una clase igual para tres cursos de un nivel. Cada curso tiene su perfil y eso es lo que hay que analizar. En todos los cursos, no me resulta el mismo método. Hay que buscar estrategias cada vez, y uno prepara las clases toda la vida”, resalta.

No obstante, hay dos estrategias que le han funcionado muy bien con sus estudiantes: una es lograr que todos participen en la producción textual y, la otra, que se confronten en la misma institución educativa y en diferentes concursos intercolegios, a nivel distrital, nacional e internacional.

“En caligramas, ganamos un premio en el colegio Reyes Católicos, donde competimos con más de 15 instituciones educativas de todo el país y de fuera del país; en el Concurso de Ortografía, quedamos en tercer lugar frente a colegios de calendario A y B, en la Universidad Hispanoamericana de España, el cual fue convocado en la biblioteca Julio Mario Santo Domingo. También hemos sido ganadores de premios en el Concurso Bogotá en 100 Palabras”, relata con orgullo.

En este caso, su método se enfoca en el desarrollo de las habilidades en lectura crítica de los estudiantes de los grados 10.° y 11.°, que consiste en aplicar pruebas, hacer lecturas, análisis y revisión, que son la clave para poder hacer una redacción textual coherente: “Tienen corrección de estilo, se analiza cada aspecto: cómo se escribe a nivel gramatical, a nivel sintáctico, a nivel morfológico, todos los aspectos que tiene la gramática y la lingüística para poder pulir, arreglar, mejorar y visibilizar realmente los éxitos de los estudiantes en la producción textual”, señala Ana Teresa.

Con relación a los concursos, como el de ortografía, la dinámica es tomar por período unas grafías o fonemas, que trabajan en todos los cursos y, luego, hacer concursos internos por medio del sistema de sonido.

“A los estudiantes se les hacen dictados de 10 palabras que después son corregidos por cada profesor de Español. De allí son seleccionados los mejores y se realiza un concurso cada mes, para finalmente participar en concursos intercolegios o a nivel virtual”.  El resultado, según Ana Teresa, es que los estudiantes mejoran la ortografía literal, puntual y acentual, así como la producción textual, principalmente la argumentativa, que es uno de los objetivos.

El proceso se desarrolla desde principios de año con la asignación de un tema diferente a cada estudiante. Luego, se les hace acompañamiento y seguimiento personalizado en relación con la búsqueda del material, la creación y la organización de las fuentes, el marco teórico y el marco conceptual. A su vez, se revisa que al leer hagan las fichas bibliográficas, las fichas nemotécnicas, que después planteen la tesis o las hipótesis y elaboren el primer párrafo, que es clave para atraer al lector; asimismo, que el trabajo tenga citas, pie de página, normas APA, que hagan la escritura, desarrollen la estructura y, en el mes de noviembre, realicen la entrega de su texto final.

Igualmente, Ana Teresa Muñoz hace énfasis sobre la gravedad del plagio y el respeto a los derechos de autor, porque cree que una de las cosas más importantes en la vida es la honestidad y, además, es consciente de que entre los valores que deben caracterizar a un maestro están la responsabilidad y la lealtad a la institución, a las directivas y a sus compañeros, algo que siempre trata de inculcarles a sus alumnos.

Porque una ciudad educadora es una Bogotá mejor para todos.