Fecha de publicación: Mié, 18/09/2019 - 17:26

Transformando la naturaleza: una experiencia para fortalecer competencias ciudadanas

Transformando la Naturaleza es un proyecto que se desarrolla en la jornada extendida del colegio José Félix Restrepo, barrio 20 de Julio, con el fin de mejorar la calidad educativa de los jóvenes, a través del fortalecimiento de sus competencias.

Específicamente, se trata de un proyecto de huerta escolar en el que, actualmente, participan 37 alumnos de noveno grado, quienes, dos veces a la semana, dedican un par de horas, después de su jornada escolar, a cultivar y embellecer la pequeña huerta que arreglan y cuidan en un costado del colegio.

Tienen como propósito explícito mejorar la calidad del ambiente y estimular iniciativas para fomentar su cuidado. Esto implica un ejercicio de conocimiento y concientización, a partir de actividades relacionadas con el PRAE del colegio, sobre el valor de lo ambiental, la siembra y protección de lo sembrado, pero tal vez lo más importante es que en ese escenario, típico ejemplo de la metodología ‘aprender haciendo’, los estudiantes aplican sus conocimientos, se autorregulan y hacen, en la huerta, las actividades que más les gustan o con las que más se identifican.

Estudiantes en un salón

Es así como es fácil observar jóvenes que transportan rocas en una carretilla, mientras otros siembran delicadamente, pintan una cerca o hacen una cama para sembrar, todo en función de los intereses y necesidades de los alumnos.

De esta forma, los jóvenes movilizan talentos, desarrollan competencias ciudadanas y comunicativas, se relacionan, se entienden entre ellos y se autorregulan en función de un interés común: aportar al cuidado del medio ambiente y, de paso, embellecer su colegio.

Este ejercicio desarrollado en jornada extendida, a través del concepto del ‘centro de interés’, cuenta con una docente que facilita la realización del proyecto, a quien le corresponde presentar y orientar las actividades necesarias para que el grupo asuma las tareas. Primero se trabaja en el aula y, luego, en la huerta.

En el aula, durante las labores de planificación, todo parece bulla, alboroto, desorden e impaciencia, pero, ya en la huerta, la algarabía desaparece y se ven pequeñas sociedades que adelantan tareas específicas en equipo. Entonces, como por arte de magia, desaparece la sensación de caos y la huerta se convierte en la hermosa vitrina de sus esfuerzos.

Este proyecto se desarrolla en el marco de un convenio entre la SED y Colsubsidio, el cual es coordinado por Vera Barrero, docente que, como sus alumnos, se mete de lleno en la huerta, se unta de tierra y, sobre todo, de ilusiones. Los estudiantes la llaman, le muestran sus progresos, le preguntan y la increpan si se aleja. Por su parte, la facilitadora pedagógica, que todos llaman con confianza Laura, orienta la aproximación a lo específico de la huerta, a las técnicas de siembra, al concepto estético y al control sobre la herramienta. Entre las dos manejan el grupo como un relojito; es claro que Vera y Laura han conformado un gran equipo entre ellas y los jóvenes.

dos estudiantes colocando tierra en una matera

Cuando uno se acerca a estos jóvenes aprendices, ellos, sin dejar de trabajar, responden con plena confianza en el conocimiento recibido sobre todo lo relacionado con la labor que realizan. Es evidente que se han apropiado del proyecto, que disfrutan las tareas y que dedican con gusto su tiempo a la huerta escolar.

Por ello, no es extraño que Itzan, Ányela o Samuel, estudiantes que participan en este proyecto, respondan que prefieren estar en la huerta, después del colegio, que salir inmediatamente para la casa. Ellos encuentran placentero invertir su tiempo libre en esta iniciativa ambiental y los padres y las directivas del colegio saben que, de esta forma, tienen más niños y niñas alejados de la violencia y los riesgos de la calle, donde no siempre los adultos pueden cuidar de ellos.

Estos 37 alumnos del José Félix Restrepo forman parte de los 281.691 estudiantes en jornada extendida, en 305 colegios, con estrategias pedagógicas dirigidas a la ampliación de la jornada de estudio, a fin de fomentar el desarrollo de actividades curriculares y extracurriculares, en el marco de las líneas pedagógicas de deporte, arte y cultura, ciencia y tecnología, oralidad y lectura y escritura.

Así, esta experiencia pedagógica aporta al propósito de aumentar el tiempo escolar de los estudiantes de los colegios oficiales, en ambientes de aprendizaje innovadores que fortalecen sus competencias básicas, ciudadanas y socioemocionales y los forman integralmente.

Porque una ciudad educadora es una Bogotá mejor para todos.


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