Fecha de publicación: Vie, 27/05/2016 - 15:18

LEER ES VOLAR: EL MUNDO DE FANTASÍA DEL COL. PALERMO

La naturaleza, la ciudad y sus habitantes son la inspiración para las niñas y niños de primaria de esta institución de Teusaquillo, que ya hacen sus primeros pinitos literarios. Uno de ellos, Matías Giraldo, ocupó el primer puesto en el ‘Concurso Leer y Escribir 2015 – 2016’.

Hacer que las niñas y los niños pierdan el miedo a la escritura y que le den rienda suelta a su imaginación a través de las letras y las palabras, son algunos de los secretos que la profesora María Ángela González tiene para que los estudiantes de primaria del colegio Palermo sean hoy lectores consagrados y prolíficos escritores que ya ganan concursos y reconocimientos.

“Uno tiene grandes creadores en estos estudiantes. Los niños tienen una imaginación muy febril, muy desarrollada y eso es un material muy valioso para que nosotros, como maestros, lo explotemos en nuestras clases”, comenta la profe María Ángela, una de las responsables de que a sus pequeños estudiantes sean hoy soñadores profesionales.

Uno de ellos es Matías Giraldo, un pequeño de 9 años amante de la literatura, la poesía y las adivinanzas, que con ayuda de la maestra Ángela, su madre y su abuela, escribió un cuento “inspirado en la vida real”, dice él, y se presentó al ‘Concurso Leer y Escribir 2015 – 2016’ de la Secretaría de Educación del Distrito.

Su cuento, titulado ‘El Gato Simón’, ocupó el primer puesto en la categoría de cuento entre más de 2.947 obras que postularon los estudiantes de Bogotá al concurso donde plasmaron sus sueños, anhelos, expectativas y su visión infantil y creativa de la ciudad que es de todos.

Este concurso, que lleva más de una década promoviendo la lectura y la escritura entre la niñez y la juventud, es un esfuerzo más por disminuir los niveles de analfabetismo en la ciudad y se articula con el Plan Distrital de Lectura y Escritura ‘Leer es Volar’, que se propone promover la lectoescritura como base del aprendizaje y elevar el índice de libros leídos por habitante de 2,7 a 3,2.

Se trata, en resumen, de enamorar de las letras, la literatura, la poesía a los más pequeños de la ciudad como Martín, quien sostiene que “leer y escribir sí paga”.

“Cuando me entregaron el premio me sentí muy bien, muy feliz, inspirado a seguir escribiendo más y más”, dice orgulloso Matías mientras sostiene con orgullo la Medalla Orden al Mérito Literario ‘Don Quijote de La Mancha’, otorgada por el Concejo de Bogotá a Matías y a los otros 15 estudiantes que ocuparon el primer puesto en todas las categorías.

El nivel alcanzado por estos estudiantes de segundo y tercero, que tienen un hábito de lectura establecido y están acostumbrados a producir textos de diversos contenidos y formatos, aduce la maestra, se debe a las iniciativas que en esta materia ha impulsado la Secretaría de Educación, como ‘Entre manos y Patas’, donde se trabajó la temática de cuidado animal, y OLE ‘Oralidad, Lectura y Escritura’.

Imaginación, la clave secreta para volar

“La gente le tiene miedo a la escritura, le da terror escribir o expresarse en público. Yo conozco muchos adultos que les da pena escribir. Por eso lo que hacemos aquí es tratar que los niños le pierdan el miedo a las letras, que aprendan a expresar sus ideas, que utilicen la escritura como un ejercicio de expresión y de memoria. Les digo que escriban sobre sus vivencias, las cosas que les llaman la atención, lo que les causa curiosidad, que le pierdan el miedo a escribir y que escriban, escriban y escriban”, complementa la maestra.

Para esta docente y para esta institución oficial, la lectura, más que una herramienta para enseñar y aprender, es una aliada en su labor pedagógica ya que permite el desarrollo de un sinnúmero de procesos cognitivos, sociales y convivenciales.

En los salones, en los pasillos y en la biblioteca de este plantel se leen novelas, cuentos, poesías, novelas gráficas, ensayos y cualquier género narrativo que le permita a los estudiantes establecer asociaciones conceptuales, ampliar lo aprendido en clase o simplemente disfrutar de relatos fantásticos que los transportan a mundos y tiempos distantes.

“Los niños viven en un mundo de fantasía. En mi salón siempre, todas las temáticas, las trabajamos utilizando la imaginación. Trabajamos mucho la construcción colectiva de textos. Yo les planteo una situación, digamos un señor que está preocupado por el maltrato animal, y los chicos agregan los personajes, el gato el perro y entre todos vamos construyendo la narración”, comenta la docente.

Matías, un soñador profesional

“Yo escribo desde los cuatro años. Escribo cuentos que se me vienen a la mente. Y también me gusta leer: me gustan los cuentos, las fábulas, los poemas. En este momento me estoy leyendo un libro de cuentos que se llama ‘El Rock de la Momia’ y un libro de adivinanzas que se llama ‘Ábrete pequeño grano’, dice sobre sus hábitos de lectura el pequeño Matías.

Para este niño talentoso y despierto, la lectura es un pasatiempo que comparte con familiares y compañeros. “A todos en mi familia les gusta mucho leer. Leo mucho con mi mamá y mi abuela. Mi abuela me lee cada vez que tiene tiempo y compra muchos libros. Nos encantan las novelas de detectives. Y a mi abuela también le gusta escribir, escribe lo que va a comprar en la tienda, me escribe notas muy bonitas”, dice Matías.

La inspiración para escribir el ‘Gato Simón’, dice el pequeño, salió de la vida real. Del gato de su vecino que se escapó de su casa para vivir todo tipo de aventuras por la ciudad. En el relato que creó, el Gato Simón se lanza del piso 70 de un edificio y cae en la cabeza de un calvito. Entonces se pierde y termina en el Parque Nacional, donde conoce a una linda gatita con la que vive muchas aventuras y de la que se enamora. Luego la gatica tiene hijos y ella y Simón son adoptados por una familia amorosa que los cuida y los quiere para que sean felices con sus gaticos para siempre.

“Lo que hizo Matías en su texto es lo que llamamos fábulas. Puso situaciones humanas como el abandono, la aventura, el amor, la amistad, en personajes animales. En su relato recorre la ciudad – porque ese era uno de los objetivos cuando nos presentamos al concurso, que los niños plasmaran su visión de Bogotá – pasa por el Parque Nacional, por nuestro colegio y toca temas muy importantes como el cuidado animal y la solidaridad de los ciudadanos. Si uno se fija es un texto que, aunque infantil, es muy elaborado”, dice la maestra Ángela sobre el proceso creativo de su pupilo.

Para esta comunidad educativa, las letras y la literatura, literal y metafóricamente, les permite volar. “Yo invito a todos los niños a que escriban todo lo que se les ocurra, porque cuando uno se esfuerza le salen las cosas muy bien”, remata Simón.

Por Nicolás Rodríguez

Fotos Juan Pablo Duarte


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