Fecha de publicación: Vie, 22/03/2019 - 09:41

En el colegio Marsella, le dan la vuelta al mundo sin pasaporte

El profe Hernán está seguro de que apostarle a la innovación educativa es apostarle a un mejor futuro. Gracias al proyecto Aula Link, sus estudiantes han interactuado con personas de más de 30 países. 

“Venir al colegio no puede ser aburrido. No puedo permitir que los hechos interesantes del mundo pasen por fuera de mi aula y que mis estudiantes sean ajenos a la realidad”. Estas son las palabras de Hernán López Solano, docente de Ciencias Sociales del colegio Marsella, ubicado en Kennedy. 

Son las 2:30 p. m. y los niños y las niñas de 9.º llegan a esta aula colorida, adornada por las banderas de varios países y por una extensa línea del tiempo que da cuenta de algunos de los grandes sucesos históricos sobre los cuales han conversado en clase.

El televisor prendido frente a los pupitres les anuncia a los adolescentes que es día de “conexión”, día de sintonizar la mente con cualquier país del mundo. ¿Aprenderán sobre algún lugar turístico?, ¿conocerán las ruinas de estructuras que alguna vez fueron epicentro de guerras?, ¿les hablarán en inglés, francés o alemán?

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La clase inicia y el profe Hernán les explica a sus estudiantes que en esta oportunidad viajarán a Jerusalén. En cuestión de minutos se contactan, vía Skype, con un rabino colombiano que estudia en la capital de Israel. Es momento de plantear preguntas. ¿Por qué algunos judíos se visten de negro?, ¿por qué no creen en la virgen?, son algunas de las dudas que los adolescentes resuelven. De esta manera, vuelan miles de kilómetros sin salir del aula de clase. Gracias a la tecnología, se conectan con otra realidad, con otra forma de ver la vida.

No es el primer viaje virtual que este docente del Distrito hace a través del proyecto que llamó Aula Link, Escuela sin Fronteras, y que creó en 2017. Según explica, hasta el momento ha contactado a personas en más de 30 países del mundo. Maestros, expertos y estudiantes de Rusia, Serbia, Kazajistán, Estados Unidos, India y otros han formado parte de esta clase.

“La intención de este proyecto es reinventar la clase de Ciencias Sociales y conectar a los niños con personas de cualquier lugar, para que conozcan y aprendan de experiencias reales con el mundo que los rodea. Hace un par de semanas hablamos con alguien que estaba de viaje en Alemania. Nos mostró en tiempo real las ruinas del Muro de Berlín y nos contó qué pasó allá. La próxima semana tenemos una visita a Dinamarca con María Angélica, quien nos contará sobre La Sirenita de Copenhague y su importancia histórica para ese país”, cuenta Hernán, docente de la educación oficial de Bogotá desde hace nueve años.

Profesor del Marsella

Innovar en el aula para ir un paso más allá

Hernán López Solano, a sus 32 años, cuenta con una maestría en Defensa de los Derechos Humanos de la Universidad Santo Tomás, que cursó con apoyo del Fondo de Formación Posgradual de la Secretaría de Educación del Distrito. De este fondo, se han beneficiado, con corte a 2018, 887 docentes.

A su vez, forma parte de los 14.666 docentes y directivos docentes que hasta el momento han participado de los diferentes programas de formación contenidos en la Red de Innovación del Maestro de Bogotá, la más grande del país.

Además de enriquecer sus experiencias profesionales y académicas de forma constante, este docente siempre ha querido ir un paso más allá. “Hace cinco años, cuando llegué al colegio Marsella, me encontré con tabletas que nadie usaba y con muchos niños y niñas a los que no les gustaba ni la historia ni la geografía”, recuerda. Ese momento fue, quizás, el peldaño que subió y lo llevó a darle un vuelco a su forma de enseñar.

A partir de ahí, buscó la manera de atraer a los estudiantes a su clase a través de los recursos tecnológicos. Incorporó el uso de aplicaciones y empezó a producir videos para enriquecer su asignatura, los cuales presenta en los grados 9.º, 10.º y 11.º. En uno de ellos, los jóvenes le contaban a la personera del colegio los problemas que, a su modo de ver, tenía esta institución educativa, y le formulaban propuestas para solucionarnos.

Gracias a estos primeros pasos, en 2017, fue seleccionado para participar en el ICT Training for Colombian Teachers-Corea, un programa impulsado por el Ministerio de Educación Nacional para promover los proyectos de innovación educativa: “Fui a Corea del Sur con varias ideas, allá tuve la oportunidad de intercambiar ideas con profesores de varios países, conocí cuáles eran las tendencias en educación y hacia dónde apuntaba la tecnología en materia educativa. Volví a Colombia y bauticé mi proyecto Aula Link, Escuela Sin Fronteras”, manifiesta.

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Ese mismo año se realizó el Congreso Virtual Educa, en Corferias. Allí, el docente López conoció a la comunidad de educadores Microsoft. Tras hacer varios cursos para certificarse con esa plataforma, conoció una gran base de datos que permite encontrar colegas en cualquier parte del mundo. Esto llevó su proyecto Aula Link más lejos de lo que él mismo pensó.

“Desde el viaje a Corea, me quedó sonando la idea de conectar a mis estudiantes con colegios de otras partes del mundo, por lo que se me ocurrió buscar a profesores en esta base de datos, que permite filtrar la búsqueda por región y asignatura. Por ejemplo, puedo buscar docentes de Historia en el sudeste asiático para hacer una clase en tiempo real con ellos”, explica.

Esa ‘ventana al mundo’, que López abrió desde el suroccidente de Bogotá, cuenta con su propio juego. “Se llama Mystery Skype. Consiste en forman dos equipos, el de mi colegio y el de otra institución educativa, en cualquier país. Los estudiantes deben adivinar dónde está el equipo contrario con preguntas que tengan como respuesta sí o no”, afirma. Hasta el momento, nadie le ha dicho que no.

Otra forma de encontrar expertos, maestros y personas que están en ciudades cuya diferencia horaria con respecto a Bogotá oscila entre ocho y diez horas, es la búsqueda constante en redes sociales. “En una clase estábamos hablando sobre problemas latinoamericanos contemporáneos y quería que comprendieran la situación de Nicaragua. Busqué periodistas por Twitter y alguno de ellos me contestó y se le midió a contarnos”, apunta el docente.

Su estrategia en estos viajes sin pasaporte es tocar puertas. “Nadie se niega a participar, porque solo deben conectarse 40 minutos a internet y poner sus conocimientos al servicio y en beneficio de los estudiantes de un colegio público en Colombia”, enfatiza.

Estudiantes reunidos con le profesor

Aula Link ha superado las expectativas. Los estudiantes del colegio Marsella que, en algún momento, evadían la clase de Ciencias Sociales, hoy no se pierden ninguna. Siempre están a la expectativa de lo que ocurrirá.

El maestro López no enseña a memorizar conceptos, sino a aprender de la realidad: “El mayor cambio que hemos generado ha sido despertar la curiosidad genuina de los estudiantes por descubrir el mundo. Ellos encuentran aquí una escuela sin muros en la que pueden viajar sin pasaporte”. Por eso, afirma lo siguiente: “Para que haya un mejor país, debe haber una mejor educación. Si ofrecemos a los estudiantes espacios educativos de calidad, la brecha social tenderá a cerrarse”.

Según cuenta el protagonista de esta historia de la educación, hay muchos jóvenes que piensan que, si en sus familias hay condiciones de pobreza, ellos van a tener que repetir el mismo ciclo. Por eso intenta que su clase les cambie la forma de pensar al respecto. “Una vez entrevistamos a un egresado del colegio Nicolás Esguerra que hace un doctorado en Neurociencia. Porque este tipo de conexiones les permite a los jóvenes soñar y pensar que sí pueden lograrlo”.

La clave de los logros de esta experiencia claramente se encuentra en la innovación. Por eso, el consejo de este profe a sus pares es que motiven a descubrir, a soñar y a aprender a sus estudiantes, con herramientas como las tecnologías de la información y la comunicación. “Hay que innovar en las prácticas pedagógicas, porque, además de ser algo útil para los jóvenes, les permite a los maestros reinventarse y oxigenar la labor del día al día. Estoy seguro de que vale la pena marcar la diferencia”, añade López.

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Aula Link, un sueño en constante crecimiento

Cuando se comunican con personas que no hablan español, que tienen otras cosmovisiones y creencias, los estudiantes del colegio Marsella desarrollan habilidades como pensamiento crítico, resolución de conflictos, creatividad y liderazgo, gracias a la ciudadanía global en ejercicio que es fundamental en este proyecto: “Aquí nos hemos dado cuenta de lo valiosos que son los derechos humanos y la democracia, y cómo se manejan, se prohíben o se truncan en otros países”, subraya el docente.

El aprendizaje del inglés ha sido un resultado no esperado del proyecto. “En principio, yo, como docente, era el traductor, pero empecé a ver que los niños escribían sus preguntas, las traducían con ayuda de sus tabletas y pasaban a leerlas. Ellos quieren hacerse entender”, relata.

Hernán López Solano les ha ofrecido a sus estudiantes la posibilidad de conectarse con el mundo, pero aún les falta conectarse con Colombia. “Sería una gran experiencia que los niños y niñas las puedan intercambiar conocimientos con niños indígenas, afrodescendientes o campesinos”, dice. Este sería su próximo reto. No obstante, tiene un sueño más por cumplir, un deseo que espera impulsar con el respaldo de sus colegas.

“Quiero crear una red latinoamericana de profesores de Historia. Nosotros enseñamos la historia de occidente y la antigua historia de Colombia. Pero la historia reciente, de los años 60 para acá, casi no se trata”. La idea es relacionarse con docentes que se les apunten a estos ejercicios tecnológicos.

“Con los niños nos propusimos hacer videos explicativos sobre masacres en Colombia que han tenido lugar en el conflicto armado interno, como El Salado, Chengue, Mapiripán o Bojayá. Les propuse a los estudiantes hacer videos para personas que no conocen nada de nuestro país. Un profe de Argentina, al que le comenté mi preocupación, hizo lo propio y luego nos conectamos por Skype para hacer una retroalimentación. Así, todos aprendieron sobre la historia reciente de Colombia y Argentina”.

Para Daniel Felipe Cristancho Parra, estudiante de 11.º, la clase es un trampolín para creer y soñar: “Nunca había tenido un docente así. Lo que más me ha gustado es que en la comodidad de mi salón he conocido personas, comidas y sitios turísticos de otras partes del mundo. Esto me motiva, porque quisiera estudiar ingeniería aeronáutica y aprender muchos idiomas. Ahora sé que puedo desarrollar o aplicar mi carrera en otro país”, manifiesta.

Daniel Felipe Cristancho Parra, estudiante de 11.º del docente Hernán López Solano.

Para alcanzar los sueños que tiene en mente, Hernán sigue creyendo y trabajando duro. Su siguiente parada será París (Francia). Hasta el Viejo Continente viajará el próximo 1.º de abril para participar en el Global Educators Exchange, un congreso de Microsoft en el que maestros de todo el mundo se darán cita durante cinco días para presentar sus proyectos e intercambiar experiencias sobre innovación. “Encontré la convocatoria por internet, presenté este proyecto y fui seleccionado con otros dos maestros para representar a Colombia”.

El proyecto Aula Link, Escuela Sin Fronteras puede aplicarse a cualquier asignatura. “Podemos traer a escritores, artistas y otros expertos que no se van a negar a compartir sus conocimientos con el aula”, señala el docente, que espera traer de París más ideas frescas e innovadoras que aporten a la construcción de una ciudad que eduque con calidad por la felicidad de sus niñas, niños y jóvenes.

dos estudiantes viendo un lirbo


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