Fecha de publicación: Vie, 12/06/2020 - 17:33

Francesco Tonucci y su propuesta para que niñas y niños aprendan por gusto y no por obligación

La Misión de Educadores y Sabiduría Ciudadana realizó este 12 de junio la conversación de saberes ‘La educación en confinamiento’, en la que el investigador italiano compartió sus impresiones sobre la experiencia de las niñas y niños durante la pandemia por covid – 19.

El reputado investigador y asesor internacional de la Misión de Educadores y Sabiduría Ciudadana de Bogotá expuso en este webinar sus propuestas para hacer de las casas un laboratorio de aprendizajes pertinentes para reorganizar las dinámicas a las que nos hemos visto abocados.

Asimismo, expuso algunas propuestas para que el regreso a la escuela sea feliz y seguro para las niñas y niños y nos dio su perspectiva sobre los cambios que tendrá que asumir la escuela en el posconfinamiento. Aquí están algunas de sus reflexiones.

Reviva aquí el webinar ‘La educación en el confinamiento’

Para Francesco Tonucci el sistema de educación que rige hoy por hoy en el mundo ha fracasado. Los procesos de aprendizaje son aburridos para los estudiantes, quienes en la mayoría de ocasiones relacionan las tareas con un castigo. Sin embargo, Tonucci plantea que el confinamiento que está viviendo la mayor parte del mundo puede ser una oportunidad para empezar a cambiar ese modelo educativo y, para ello, sugiere transformar los hogares en laboratorios de aprendizaje y conocimiento, una propuesta que se basa fundamentalmente en un principio:

“Cambiar el tipo de tareas. No más las tareas del libro de texto, no más las tareas tradicionales. Reemplacemos eso por las operaciones que se deben hacer en la casa”.

De esta manera, la educación giraría en torno de la vida de los estudiantes con el objetivo de que cada una de las etapas de aprendizaje sea disfrutada al máximo.

Por ejemplo:

La cocina como taller de ciencias: en el proceso de preparación de un plato de comida el estudiante tendría que revisar las cantidades o el peso de los ingredientes (Matemáticas), debe haber una etapa de cocción (Física y Quimíca) y también podría escribir la receta (Lenguaje).

La casa como un espacio de memoria: revisar los álbumes familiares para que los padres o abuelos cuenten las anécdotas de cada una de las fotos podría resultar siendo un importante ejercicio de historia.

El hábito de la lectura: los integrantes de la familia podrían escoger un texto que sea del agrado de todos y pactar a diario horarios de lectura grupal hasta finalizarlo.

 

¿Cómo aplicar este modelo de educación cuando los estudiantes regresen al colegio?

De acuerdo con Tonucci, esta iniciativa busca, principalmente, aumentar la confianza, la autonomía, la participación y la responsabilidad de las niñas, niños y jóvenes. No obstante, para que pueda ser implementada en colegios y escuelas se requiere del compromiso de toda la ciudad, que se resume en cuatro propuestas expuestas por el investigador italiano durante el webinar.

1. Que la ciudad contribuya con la escuela:

En lugar de que los estudiantes escuchen a un profesor por varias horas, podrían visitar panaderías para conocer cómo es el proceso de elaboración del pan, ir a fábricas e industrias para observar las etapas de producción o frecuentar granjas y museos. Estas experiencias producirían una sensación de satisfacción en los niños, niñas y jóvenes.

2. Que al colegio se vaya caminando y sin adultos:

Según Tonucci, con esta iniciativa los estudiantes ganarían confianza y autonomía. Además, significaría una reducción de la mitad de personas que anteriormente se desplazaban hacia las instituciones educativas, un logro fundamental en este momento de la historia, en el que la recomendación es evitar las aglomeraciones.

3. Que las calles aledañas sean competencia de los colegios:

La propuesta sugiere que mientras el colegio esté abierto, las vías y calles que lo rodean se cierren y se consideren como un territorio reservado para la comunidad educativa. En ese orden de ideas, el perímetro escolar debería estar libre de tráfico y se convertiría en una zona ecológica para que los estudiantes puedan realizar diversas actividades.

4. Cambiar las características básicas de la escuela clásica:

Eliminar la idea de un grupo homogéneo, es decir, un salón de clase conformado por estudiantes de la misma edad en el que se presume que todos tienen el mismo conocimiento. ¿Por qué? Tonucci explica que los niños son diferentes así tengan la misma edad, y que el objetivo del colegio debe ser ayudarlos a descubrir sus actitudes y vocaciones, proporcionándoles las herramientas necesarias.

Para lograrlo, también resultaría fundamental construir o reformar colegios y escuelas en el que el proceso de aprendizaje se desarrolle en laboratorios o talleres y no en aulas o salones.

Un mensaje para todos los maestros

Para Tonucci, estas propuestas no solo mejorarían el proceso de aprendizaje de los estudiantes sino también la calidad de vida de las maestras y maestros, quienes empezarían a gozar de una profesión que los obliga a trabajas con niños y niñas por su felicidad y bienestar.

Así las cosas, si el modelo educativo es disfrutado por toda la comunidad educativa, los estudiantes encontrarán buenos y mejores maestros para vivir una experiencia feliz, a pesar de las dificultades que se puedan presentar, como ocurre en este momento de nuestra historia. Si quienes enseñan se gozan su profesión, lo estudiantes gozarán aprender.

¡La educación en primer lugar!


¿Le fue útil este contenido?