Fecha de publicación: Mar, 20/08/2019 - 14:08

En el colegio Rafael Bernal Jiménez, la jornada única es un hit

Uno de los programas que abandera esta institución educativa distrital, en el marco de la jornada única, es su escuela de yudo, la cual ha formado a muchos niños y jóvenes que han alcanzado excelentes posiciones en torneos nacionales e internacionales.

Daniel Vera es uno de ellos: “A nivel distrital, he quedado varias veces campeón; otras, subcampeón. He quedado campeón nacional cinco veces consecutivas. Gracias a mis logros nacionales, he representado a Colombia, a mi institución y a Bogotá en Puerto Rico, donde quedé subcampeón de la categoría; en Panamá, fui campeón, y en Chile, subcampeón; esos campeonatos han sido Suramericanos y Panamericanos”.

Dos estudiantes practicando yudo

Este joven yudoca de grado 11, que de vez en cuando rompe su rigurosa dieta y cae rendido ante una bandeja paisa, ya es cinturón negro, según él, gracias a que quedó campeón en la categoría de 55 kilogramos en Puerto Rico. Ahora, con esa motivación, centra toda su pasión juvenil, su energía y sus pensamientos en un sueño por el que no cesa de prepararse día a día: llegar a los Olímpicos.

“Nosotros, como familia, lo apoyamos emocional y económicamente, porque para nosotros es muy importante que él tenga un deporte, como base de su vida, que lo aleje de los vicios. Gracias a sus logros, el colegio también lo ha apoyado bastante, así como la Liga de Yudo de Bogotá”, cuenta su mamá, Sandra Paola Camino.

La familia de Paola Camino

Según ella, la escuela de yudo del colegio Rafael Bernal Jiménez beneficia a muchos niños y jóvenes, ya que es una opción deportiva que los aleja de las drogas y la calle: “Esto básicamente ha sido una disciplina para nuestro hijo, pues cuando pequeño era un poquito indisciplinado y, al entrar a yudo, las cosas cambiaron. Hoy, él va del entrenamiento a su colegio y del colegio a su entrenamiento y a la casa”.

Jenny Carolina Díaz, mamá de dos niños que también practican yudo, comenta que lo bueno de esta alternativa que les ofrece la jornada única es que sus hijos entrenan algo que les gusta después de clases y de almorzar en el colegio, y es por esto que los padres se van a trabajar tranquilos, pues sus hijos se encuentran todo el día en el colegio, cuidados, bien alimentados y practicando actividades que fortalecen sus músculos, fomentan la disciplina y la organización y los mantienen alejados de los videojuegos y las malas compañías.

Dos niños pequeños practicando yudo

Hugo Enrique Cerón Grosso, el rector, lo ratifica: “Con la jornada única estamos logrando que nuestros muchachos tengan beneficios grandes porque le estamos robando los niños a la calle, les robamos los niños a las pandillas, a la droga, eso nos tiene muy satisfechos. Los padres tienen la confianza en el colegio porque sus hijos permanecen más tiempo aquí y menos tiempo en la calle o solos en casa. Todos los programas y semilleros están insertos en la jornada única, y todos los niños se van formando en una disciplina, sea artística o deportiva”.

Hugo Enrique Cerón Grosso

Cabe resaltar que los padres de familia de este colegio, en su mayoría, pertenecen a los estratos 1, 2 y 3, tienen negocios propios y trabajan todo el día en los alrededores de esta institución educativa.

“En esa localidad hay muchos fabricantes y comerciantes de muebles; los padres llegan con ellos temprano y se van a trabajar tranquilos porque sus hijos quedan atendidos. Luego, cuando salen, los estudiantes se van a buscar a sus padres a sus negocios y, de ahí, todos salen para la casa. En este sentido, es satisfactorio que los niños estén contentos en el colegio porque significa que reciben un tiempo de calidad, de goce, ya que terminan sus clases y se dedican a lo que les gusta, sea un instrumento o un deporte, en su respectivo semillero”, cuenta el rector.

Dos estudiantes practicando yudo

Con las diferentes alternativas de formación que les ofrece la jornada única, los estudiantes pueden organizar su tiempo y aprovecharlo de una mejor manera al explorar y potenciar sus talentos. “Los jóvenes salen del colegio y siguen con el amor por su instrumento, por el canto o por su deporte, y lo incorporan en sus vidas, sea como proyecto de vida o como disciplina complementaria a lo que hacen”, continúa.

Dos chicas estudiantes practicando yudo

Pero ¿cómo funciona la jornada única y cómo fomenta las capacidades o habilidades que los estudiantes tienen?

“En este colegio, los niños tienen clases de música, por ejemplo, a las 10:00, entonces se van a otro espacio que llamamos Casa Hogar, donde están todos los instrumentos. En una primera etapa, los niños van a coro, a violín, saxofón, percusión, y van escogiendo el instrumento de acuerdo con su gusto y sus potencialidades. A partir de ahí, los profes conforman grupos al ubicar niños en el instrumento que a cada uno le gusta, para así empezar a concentrarse en el instrumento de su predilección, por grupos. Y lo bonito es ver que los padres hacen esfuerzos para comprarles sus instrumentos, los apoyan”, explica el rector.

Lo mismo aplica para los niños interesados en el deporte: “Los pequeñitos empiezan con clases básicas, por ejemplo, de natación, y los profes los van clasificando según las potencialidades que vean en ellos. De hecho, tenemos una niña a la que le descubrieron habilidad para el trampolín. Ella ha sido campeona en los juegos Supérate y va para los Panamericanos en los próximos días. Está en 5.° de primaria. Apenas descubrieron eso, el colegio habló con los padres”, especifica.

Porque, para este rector que siempre le ha apostado a la jornada única, lo bonito es que en estos procesos llega un momento en el cual hay que incluir a los padres: “Eso es esencial para que los niños avancen en sus predilecciones. Y sí, los padres se emocionan y se involucran con el ánimo de llevarlos a un entrenamiento específico”. Por lo mismo, él, como directivo, da ejemplo y no cesa de gestionar y gestionar y de hacer lo necesario para mejorar los escenarios de aprendizaje.

“Los éxitos y las necesidades nos han llevado a buscar el apoyo constante de la Secretaría de Educación y de muchas partes: IDRD, Compensar, la Liga de Yudo de Bogotá, con miras a garantizar espacios más apropiados y mejores condiciones de práctica alternativa en la jornada única”, especifica Hugo Cerón y puntualiza: “Así logramos ampliar el espacio de la escuela de yudo, donde ya se han organizado y desarrollado importantes torneos”.

Estudiantes practicando yudo en un salón

Los niños de yudo han podido además enriquecer sus procesos de formación complementaria a partir del intercambio de saberes con otras escuelas: “Como el profesor es cubano, se hicieron los contactos y se hizo un intercambio donde niños cubanos y sus profesores vinieron a entrenar y a tener eventos deportivos acá y, entonces, se hizo un campeonato en el que participaron niños y jóvenes de Meta, de Tolima, de Boyacá, de Cundinamarca, etc., igualmente, se fueron sacando selecciones y nuestros estudiantes fueron a Cuba en una ocasión”.

Actualmente, según lo señala el profesor de yudo del colegio, Ómar Ernesto Florido Ramos: “Este es el colegio con mejor resultado deportivo, en yudo, de Bogotá. Es un colegio campeón de los Distritales que ha dado muchos frutos. Cuenta con niños que han participado en eventos internacionales, como los Suramericanos y los Panamericanos, y que han sido medallistas de oro en estos torneos”.

Daniel, por su parte, sigue entrenando con fervor, como lo hacen todos los niños que pertenecen a cualquiera de los programas que este colegio les brinda. “Gracias a la jornada única que llegó al colegio, he podido mentalizarme, centrarme en mis entrenamientos y estar más alegre en el día a día. Les mando un mensaje a los muchachos que en estos momentos están en los colegios distritales con jornada única para que apoyen este proceso, lo disfruten y aprovechen el espacio que nos da para surgir y salir adelante”, concluye este joven deportista de alto rendimiento.

Cabe recordar que, en 2016, Bogotá recibió la jornada única en un 4 % de la matrícula. Hoy, esta cifra llega al 17,6 %, lo que representa más de 132.000 alumnos. La Administración actual, consciente de los beneficios de la jornada única, espera llegar al 20 % del total de los estudiantes en diciembre de este año.

Porque una ciudad educadora es una Bogotá mejor para todos.


¿Le fue útil este contenido?