Fecha de publicación: Jue, 04/05/2017 - 17:25

#LEERESVOLAR: HISTORIA DE UN COLEGIO EN DONDE LA LECTURA Y LA ESCRITURA COBRAN VIDA

Aquí las historias se sienten y se huelen. Están vivas. Conozca cómo ha logrado el colegio Floridablanca enamorar a sus estudiantes de los libros.

“Cuando uno encuentra un vínculo con la lectura, nunca deja de leer”, dice la profe Aydé Urrea, docente de español de los grados sexto y séptimo y precursora de un proyecto que les dio alas a los estudiantes de esta institución de Engativá: ‘Educación Viva’.

Una nueva forma de sentir, vivir y emocionarse con la lectura y la escritura, que lleva por lema la simple pero persuasiva frase ‘Un niño libre, libro es’ y que transformó la biblioteca y salones de esta pequeña institución en espacios vivos; en ambientes de aprendizaje donde los estudiantes van a ‘vivir a y volar’.

“En el trabajo de promover la lectura y la escritura entre los estudiantes, partimos desde el sentimiento, desde la experiencia significativa. El propósito principal del proyecto es vincular a los estudiantes desde la parte estética y emocional a la lectura. Así, como están sintiendo lo que hacemos, se motivan para trabajar y van más allá, lo que para nosotros como docentes es sumamente emocionante”, comenta la profesora Aydé.

Las experiencias significativas y la exploración del entorno son los fundamentos de esta iniciativa vinculada al Plan Distrital de Lectura y Escritura ‘Leer es Volar’, con la que se forman ciudadanos integrales como dice la profe Aydé: “porque un niño que ha leído tiene más opiniones, una perspectiva más amplia de lo que lo rodea, entonces tiene más criterio, primero analiza antes de actuar eso lo hace libre y es libro porque se convierte en ejemplo para los que los rodea”.

S

Lea también: Así avanza el Plan de Lectura y Escritura en los colegios oficiales de Bogotá

La lectura y la escritura ¡viven!

A través de ‘pequeñas – grandes’ acciones como revitalizar y modernizar la biblioteca del colegio, diseñar talleres especiales para transversalizar la lectura y la escritura a todos los ciclos y todas las materias, y el establecimiento de una comunicación fluida y proactiva con las bibliotecas escolares de los colegios del sector, la profesora Aydé y el colegio Floridablanca han empezado a lograr cambios en sus estudiantes.

Una de esas acciones principales, son los talleres de lectura y escritura con enfoque lúdico y creativo. En estos espacios, el libro ‘cobra vida’, literalmente, ya que se crea un ambiente completo, con colores, olores y sensaciones que van de la mano y complementan la lectura del texto.

T

“Recuerdo mucho un libro que se llama ‘Capitán de 15 años’, de Julio Verne, porque fue toda una experiencia. Mientras íbamos escuchando la lectura del libro, la profe nos creaba los ‘efectos especiales’. O sea, con un instrumento que se llama palo de agua sonaba como las olas del mar, otro compañero pasaba echándonos viento en la cara como si fuera la brisa, y otro chico los ponía arena entre las manos para sentirnos como si fuera la playa”, recuerda Mila Aleth Barrera, estudiante de grado sexto.

Una niña leyendo un libro a lado de un árbol dentro de un salón

Según esta estudiante, de esta manera se puede ir más allá de la simple lectura y se convierte en toda una experiencia. “Fue cheverísimo porque uno se sentía como si estuviera en el mar, como si uno fuera el protagonista de la historia. Además, eso le permite a uno ponerse en los zapatos del personaje y aprender lo que él aprende. Como en esta historia que el personaje, y uno, aprende la importancia de trabajar en equipo y de ser líder”, destaca.

Esta metodología, que resulta sumamente atractiva para niñas, niños y jóvenes, es la punta de lanza de este proyecto que busca integrar diversos elementos, multimediales y en diferentes formatos, para revitalizar la actividad de leer.

“Los libros tienen voz, y esas voces van guiando a los niños a través de la lectura. En el recorrido por las páginas, el texto le responde las preguntas que los mismos estudiantes se plantean. Y esto les permite a su vez cuestionarse por cosas de su entorno. Entonces el que lee vuela en la lectura, en la imaginación, pero además escribe. Un lápiz es lo único que le pedimos a los niños que lleven a los talleres, es lo único que necesitan”, destaca la profesora Urrea.

Concursos, redes de bibliotecas y otras acciones

Las acciones del colegio Floridablanca y su entusiasmo por la actividad lectora, se han regado como pólvora y las bibliotecas de varios colegios del sector, como el Garcés Navas y el Tabora, ya realizan actividades conjuntas con la profe Aydé y ya pidieron cupo para participar de los talleres de ‘lectura viva’. Entre todos, plantean acciones para hacer de estos espacios centros de conocimiento y esparcimiento para los estudiantes.

“Con Amanda, la bibliotecaria, empezamos a tener la inquietud de reinaugurar la biblioteca y así lo hicimos. Muchos piensan que la biblioteca ya no tiene valor y eso es falso, lo que pasa es que la biblioteca se transforma, evoluciona, por eso la apuesta debe ser integrar las nuevas tecnologías en estos espacios para lograr una ambientación determinada y que más que una simple actividad, sea una experiencia que te invite a activar todos tus sentidos”, resalta la docente. 

AA

A estas iniciativas se articulan una serie de acciones más pequeñas, dirigidas a la promoción y difusión de la lectura, pero, sobre todo, a transformar esas maneras de enseñar y de aprender a leer y escribir: como el ‘Concurso el Mejor Lector’, donde se invitan a los estudiantes a que hagan reseñas, tertulias y exposiciones sobre las obras que leen para que, de esta manera, con su ejemplo y dedicación, incentiven a los demás a dejarse seducir por el mundo de las letras.

Nuevas y mejores bibliotecas escolares, colegios pioneros para el fortalecimiento de las competencias de lectoescritura de niñas, niños y jóvenes y más de 60 mil libros nuevos, son algunos de los logros del Plan Distrital de Lectura y Escritura ‘Leer es Volar’, una apuesta de ciudad que avanza a pasos de gigante y que espera seguir fortaleciendo los procesos de colegios que, como el Floridablanca, le dieron alas a la lectura.

Porque una ciudad educadora es una Bogotá mejor para todos.

Por Paula Andrea Fuentes

Fotos Juan Pablo Duarte


¿Le fue útil este contenido?