Fecha de publicación: Mar, 24/08/2021 - 08:52

Lo chévere de volver… es también perder el miedo

Avril Loreth Villalba González tiene 10 años y habla del autocuidado con toda la propiedad que le dan la práctica diaria y el acompañamiento de su familia y docentes. Volvió al colegio, el Técnico Menorah, y su mensaje es claro: ¡no hay que tener miedo!

Avril ama el básquetbol y el porrismo. Sus materias favoritas son Matemáticas y Ciencias Naturales y una de sus cualidades es expresar lo que piensa. Usualmente en clase en muy activa y le encanta dar su opinión, por eso, estar en la presencialidad es lo mejor porque hay más posibilidades para expresarse: “no me gusta quedarme callada, si estoy en desacuerdo con algo siempre lo digo".

Conoce más de la historia de Avril

Vive con su hermanito de 5 años, su madre que es ama de casa y su papá que trabaja arreglando habitaciones en barcos. Tiene planes luego del colegio de estudiar medicina o veterinaria.

Con algo de temor del regreso a clases presenciales de su hija en pandemia, los padres de Avril apoyaron el deseo de su hija de volver. “Nos dimos la oportunidad de volver al colegio, nos ha ido muy bien y lo más importante es que ella ya aprendió a ser responsable con ella misma con el autocuidado”, cuenta Sindy González, mamá de Avril.

Para esta madre, la parte emocional y física de su hija son fundamentales para su desarrollo y volver al colegio era indispensable para fortalecer estos aspectos: “creo que fue la mejor decisión que hemos tomado hasta el momento para su bienestar”. Además, “estudiando virtual ya la estaba viendo malgeniada y ahora la veo muy feliz”.

Los primeros días de ir al colegio “tenía mucha intranquilidad, luego me fui acostumbrando a esta realidad y con el tiempo ya me fui siendo más cómoda porque el colegio tiene todas las medidas de bioseguridad”. Dice que en la casa estaba muy bien en compañía de su familia, “pero empecé a sentir que me faltaba venir al colegio y compartir con mis compañeras”.

Algunas cosas de la virtualidad las siguen haciendo, como es el desarrollo de las guías integradas donde se trabaja de manera articulada varias materias y, ahora, con la diferencia que hay mayores posibilidades de preguntar al docente cuando necesita mayor explicación.

La felicidad de Avril de ver a sus compañeras es indescriptible para ella. “Lo más chévere de volver al colegio es volver a compartir con ellas y mis profes. Volver al colegio es una sensación chévere, no hay que tener miedo”.

¡La educación en primer lugar!


¿Le fue útil este contenido?