‘La Secretaría de Educación de Bogotá es la que más está trabajando por la transformación de la escuela en todo el país’: Julián de Zubiría

Investigador, catedrático, escritor, fundador y director del Instituto Alberto Merani, Julián de Zubiría fue uno de los panelistas invitados al Foro Educativo Distrital 2022. Luego de su participación en el conversatorio ‘Diálogos sobre experiencias transformadoras’, tuvimos la oportunidad de hablar con él.

Destacó la importancia de los procesos colectivos en la escuela, resaltó la necesidad de apostarle al arte para mejorar las condiciones socioemocionales de los estudiantes, invitó a las y los maestros a ser más arriesgados y afirmó que Bogotá fue una de las pocas ciudades de Colombia que garantizó el derecho a la educación durante pandemia.

¿Cuál fue la principal reflexión que surgió del panel ‘Diálogos sobre experiencias transformadoras’?, en el marco del Foro Educativo Distrital.

Primero la necesidad de reconocer que los cambios en educación no vienen de arriba abajo sino de abajo hacia arriba. Que si uno hace una transformación que no llega al aula, no existe. Entonces, ver propuestas innovadoras en las que los docentes arriesgan, piensan o diseñan nuevos caminos es muy positivo y qué bueno que la Secretaría de Educación lo apoye, lo acompañe y lo divulgue. 

Hoy vimos dos experiencias muy distintas. La primera centrada en el arte que es algo que en general en la educación se ha trabajado poco, se destinan pocos recursos, hay pocos maestros y le dan poco tiempo en los currículos. Hoy Colombia necesita mucho arte porque el país arranca un proceso necesario y obligatorio que, como lo ha llamado el padre Francisco de Roux, busca una paz grande.

Además, los jóvenes actuales están teniendo dificultades desde el punto de vista socioemocional, una situación que exacerbó la pandemia. En ese sentido yo estoy seguro que el arte va a cumplir un papel decisivo en la convivencia y relaciones de las y los muchachos.

Sobre el otro proyecto, y aunque la virtualidad no puede sustituir a la presencialidad, de todas maneras a futuro si es importante que permanezcan procesos virtuales de formación de maestros y trabajo asincrónico con estudiantes.

¿Cuáles son esas características que deben tener las experiencias o propuestas innovadoras en la escuela?

Para que una innovación impacte hay varias condiciones: la primera es que debe ser un trabajo colectivo. La escuela nos ha enseñado muy mal, las pruebas de selección son individuales, el aprendizaje es individual y así no funciona el mundo y así no se aprende.

La escuela es muy conservadora, es una de las instituciones más conservadoras que ha creado el ser humano sobre la tierra; entonces, mover eso es muy lento, es como empujar una tractomula. Usando la misma figura, si 50 personas empujan para lados diferentes, no avanzamos, y eso es lo que le pasa al sistema. Pero si 10 remamos para el mismo lado, la lancha empieza a andar. Entonces debemos trabajar colectivamente.

La segunda es valentía y riesgo. Contrario a lo que se ha dicho comúnmente de que los maestros son muy rebeldes, yo opino lo contrario. Para mí el problema que le veo a los maestros es que son demasiado obedientes y necesitamos individuos que creen, que planteen, que debatan, y eso implica riesgo porque cuando uno toma una ruta nueva no sabe si va a salir bien. En general, los innovadores son gente arriesgada.

De las estrategias, acciones, políticas e iniciativas que está adelantando la Secretaría de Educación, ¿cuál destaca usted?

Yo destaco varias. En Colombia se violó el derecho a la educación durante la pandemia. Uno de cada tres estudiantes no siguió estudiando, pero se exceptúan dos ciudades: Bogotá y Medellín. En las dos la alcaldía asumió una responsabilidad nueva y compleja de dotar de computadores a los estudiantes. 110 mil dispositivos alcanzó a entregar Bogotá, llegando al 95 % de estudiantes de bachillerato que los necesitaban. Así garantizó el derecho a la educación.

También su programa Reto a la U o sus programas para garantizar educación superior. Realmente, Bogotá va a llegar a tener un cubrimiento de 70 mil nuevos estudiantes que antes no estaban estudiando y que lo van a hacer en universidades públicas o privadas con el apoyo de la Secretaría de Educación.

Además, es de las muy pocas secretarías que está transformando la escuela. Es de las muy pocas secretarias que está adelantando programas de formación in situ para acompañar procesos de transformación. Lo conozco porque estoy trabajando con 45 colegios con el objetivo de transformar los currículos del 12 % de las instituciones de Bogotá y lo mejor es que hemos tenido una respuesta extraordinaria de los maestros. La Secretaría de Educación de Bogotá es la que más está haciendo por el derecho a la educación y por la transformación de la escuela en todo el país.

¡La educación en primer lugar!