Fecha de publicación: Mié, 28/02/2024 - 11:34

La orientación escolar es fundamental en la formación integral de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes

Más de 1.700 docentes orientadoras y orientadores de la planta global docente de la Secretaría de Educación desarrollan su labor pedagógica en el aula y cumplen un papel articulador con sus estudiantes, quienes tienen una educación integral en la que se privilegia el ser sobre el saber. 

Gracias a su vocación de servicio, ellas y ellos acompañan a estudiantes y sus familias en temas bienestar emocional, aportan a las estrategias para la sana convivencia en los entornos escolares, apoyan a los estudiantes para mejorar el rendimiento académico, y acompañan vivencialmente su formación en valores y derechos humanos. 

“Con su labor, garantizamos la calidad educativa en los colegios de la ciudad. Esto se traduce en que, niñas, niños y jóvenes tienen la posibilidad de fortalecer su bienestar y la sana convivencia en los entornos educativos, ser atendidos psicosocialmente, prevenir conflictos escolares y tener entornos seguros”, destaca Isabel Segovia, secretaria de Educación del Distrito. 

Entre sus múltiples tareas, las y los orientadores académicos enmarcan sus acciones en los cuatro componentes que indica la ruta de atención integral: La promoción de derechos, la prevención de vulneraciones y violencias, la activación de protocolos establecidos en la ley 1620 y el seguimiento transversal para entornos escolares seguros y respetuosos de los derechos. 

Además, actúan como enlaces entre los colegios y el Sistema de Alertas con otras instituciones encargadas de proteger los derechos de niños, niñas y adolescentes, como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar -ICBF-, las Comisarías de Familia, la Secretaría de Salud, la Fiscalía y la Personería. 

“La apuesta de esta administración es la calidad educativa y no podríamos hablar de ella si no garantizamos los derechos de nuestras niñas, niños y jóvenes. Por eso, el mayor reto que tenemos como orientadores y orientadoras es escucharlos activamente, ser empáticos, humanos frente a las necesidades y a lo que les esté pasando, de esta manera, garantizamos sus derechos o los reestablecemos en caso de que haga falta”, señaló Edwin Ussa, director de la Oficina de Convivencia Escolar.  

Precisamente, las y los orientadores lideran y acompañan a niñas, niños y jóvenes para que elaboren su proyecto de vida y, al tiempo, actúan como un enlace crucial con las familias y cuidadores a través de actividades que fortalecen el bienestar entre los colegios y los hogares. 

“La convivencia escolar la construimos con la participación de todas y todos, es importante reconocer que las y los docentes orientadores son personas clave para el fortalecimiento de los canales y espacios de comunicación con los actores de las comunidades educativas. De esta forma, la escuela se convierte en un espacio de encuentro y transformación”, resalta la secretaria Segovia. 

orientador y orientadora

No son consejeros ni terapeutas, pero las y los orientadores también desempeñan un papel humanista con un enfoque psicosocial, promoviendo espacios de escucha y actividades pedagógicas relacionadas con la promoción y prevención de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de las y los estudiantes en el entorno escolar. 

Para las y los estudiantes, sus orientadores están ahí para apoyarlos. “Es la manera de comunicarse con nosotros. La comunicación con ella es algo muy bueno”, explica Juliana Peralta, de su orientadora en el colegio Aldemar Rojas. “Es una relación como de amigos, yo le puedo contar cosas y me puede decir qué hacer”, agrega María José, otra estudiante. 

“Tuve una caída emocional, me acerqué a Martha y gracias a ella estoy llevando el proceso y me he sentido mucho mejor”, cuenta Farid Díaz de su experiencia. 

“Acá lo fundamental, es entenderlos como personas, entender que cada uno de nuestros estudiantes maneja su mundo de manera diferente. Y es empezar a fortalecerlos y apoyarlos ante las situaciones que presentan”, explica la orientadora Martha Castiblanco. 

“Nuestro rol como orientadores se nutre de una materia bastante especial y es la confianza con nuestros estudiantes, ser empáticos, ser entradores con los pelaos”, comenta Michel Ferrín que asume su rol como un trabajo cotidiano. “Nuestro rol también es ser parceros de estos chicos aquí en el colegio que están completamente solos y no les preguntan cómo les fue, qué han hecho”, explica. 

Gracias a estos espacios y con el apoyo de la Oficina de Convivencia Escolar, la orientación escolar está cada vez más fortalecida y reconocida. Bogotá es la única entidad territorial de Colombia que cuenta con un gran número de profesionales en esta área y tiene las mayores herramientas de trabajo e intervención, respaldada por docentes y directivos de los colegios.  

El arduo trabajo en las distintas dimensiones de su quehacer pedagógico convierte a las y los orientadores en elementos indispensables para concebir una escuela como un espacio seguro. Por tanto, es de vital importancia fortalecer su figura en el colegio y reconocer y valorar su trabajo docente y su enfoque transversal y humanista. 


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