Fecha de publicación: Jue, 02/02/2023 - 17:59

Conozca dos colegios públicos que generaron resistencia en sus barrios, pero al final enamoraron a los vecinos

La construcción de un colegio oficial le hace la vida más fácil a las y los habitantes de un barrio. Evita que las familias se desplacen de una localidad a otra para llevar a sus hijos a la escuela, el entorno se vuelve más seguro y limpio y evita la deserción escolar.

A pesar de esto, en algunas ocasiones las comunidades han querido oponerse a los proyectos, pero al final los colegios han terminado reconciliando al barrio.

Conozca dos colegios públicos que generaron resistencia en sus barrios, pero al final enamoraron a los vecinos

Desde hace varias semanas los habitantes de un barrio ubicado en la localidad de Kennedy han protestado para evitar que se inicie la obra de construcción de un colegio oficial en un predio del sector, pese a que la institución beneficiará a más de 1.000 familias del suroccidente de Bogotá, una de las zonas de la ciudad con mayor déficit de cupos.

Pero no es la primera vez que ocurre una situación como estas. En varias oportunidades comunidades de diferentes barrios se han opuesto a la construcción de colegios oficiales.

Lo curioso del asunto es que estos episodios siempre han tenido un desenlace feliz y al final los colegios se han convertido en espacios seguros, limpios y han mejorado la calidad de vida de quienes habitan los barrios aledaños.

 

La oposición al colegio Emma Reyes

Los vecinos del barrio Pío XII, también en la localidad de Kennedy, protestaron prolongadamente para evitar que se iniciaran las obras de construcción del colegio Emma Reyes. En su momento, medios como El Tiempo y Citytv incluso registraron algunos disturbios que se originaron producto de la molestia de algunos habitantes del sector.

Hoy el colegio atiende a cerca de 500 estudiantes en jornada única desde los grados de preescolar hasta el grado once y cuenta con espacios como laboratorios, centros de recursos de idiomas, cocina y comedor escolar, cancha múltiple, teatrinos y, sin lugar a duda, le cambió la cara al barrio.

“Yo sí estaba en desacuerdo y fui una de las que protestó, pero ahora no. Estoy totalmente feliz e incluso mi hija estudia acá. Realmente el colegio fue una bendición para la zona”, cuenta Teresa Jiménez.

 

El colegio filarmónico Jorge Mario Bergoglio también tuvo una fuerte oposición

En el año 2016 a los habitantes del barrio Ciudadela Cafam en la localidad de Suba no les gustó mucho la idea de que se construyera un colegio en uno de los parques del sector. Los vecinos señalaban que no era necesario una institución educativa en dicha zona y protestaron por varios días.

Al final la obra se llevó a cabo y el colegio Jorge Mario Bergolgio reconcilió a una comunidad que sí necesitaba esos cupos y que hoy por hoy disfruta de un colegio de lujo que cuenta con todos los espacios y dotaciones para atender a cerca de 550 estudiantes en jornada única.

“El colegio llegó para cambiar ese imaginario que hay con respecto a lo que pasa en los colegios públicos de la ciudad y ha sido un éxito total. Recibimos 1.500 solicitudes de cupo al año y más o menos 600 solicitudes de traslado. Aquellos que se opusieron en su momento hoy luchan por un cupo aquí”, señaló Yolima Leguizamón, rectora del colegio Jorge Mario Bergoglio.

¡La educación en primer lugar!


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