Clases con avatares, videojuegos y apps, ¡pura diversión!

Miguel González es un profesor de 36 años del colegio Unión Europea de Ciudad Bolívar y, tanto la tecnología como su pasión por enseñar, lo llevaron a reinventar por completo sus clases en estos tiempos de pandemia.

La foto escolar de este año no pudo ser presencial, pero Miguel la convirtió en un recuerdo aún mejor. La tarea fue para cada uno de sus alumnos quienes debían hacer de ellos un avatar. Luego, el profe la convertiría en la foto grupal, uniéndose junto a todos sus alumnos, en una foto escolar hecha avatar.

A Miguel, un accidente le cambió la vida y pasó de ser militar a docente. Sin embargo, desde pequeño, tuvo una vocación particular, pues “yo miraba a las personas y me gustaba estar pendiente de que hicieran las cosas correctamente y ayudarles a corregir. Eso fue lo que motivó mi carrera”.

Estudió licenciatura en Educación básica con énfasis en educación artística. “Soy artista, me la paso jugando con los niños… me encanta jugar y creo que es uno de los mejores vehículos del aprendizaje porque hace que las cosas sean más divertidas y que los niños no se vayan del colegio”.

Lleva 3 años educando en el colegio Unión Europea y antes tuvo la oportunidad de impartir su conocimiento en los colegios 21 ángeles y Sierra Morena. Actualmente enseña español, matemáticas y sociales, entre otras materias.

Miguel entendió que, a pesar de la no presencialidad, sus alumnos debían continuar el aprendizaje y que dinamizarlo sería la forma más efectiva de llegar a sus casas. Y si bien la tecnología no ha sido un asunto fácil de manejar a lo largo del confinamiento, tanto el profe González, como sus otros colegas, decidieron hacer una indagación con los padres de familia, analizando cuánto tiempo permanecían los niños en sus computadores o celulares y encontraron que podían durar entre 4 a 6 horas diarias.

Teniendo en cuenta ese dato, Miguel pensó que un videojuego sería oportuno y estratégico para acercarse a sus alumnos, así que decidió crear uno enfocado a las matemáticas.

Esto lo llevó a crear El oso Math, un juego matemático en Power Point que hizo como prueba piloto. El juego tiene operaciones básicas y permite a los niños devolverse y corregir los errores. Además, algo que lo alegra enormemente es que, a pesar de las dificultades de acceso a la tecnología, el 95 % de los estudiantes de los 3 grados primero han accedido al videojuego.

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Fue tal el éxito y la buena acogida del juego entre sus estudiantes, que el profe González creó otro, pero esta vez, soportado en una plataforma virtual: El oso Leo. Este es un juego, de español, comprensión lectora, de escritura y reconocimiento de fonemas, donde los alumnos pueden encontrar trivias, preguntas concretas y juegos de interacción.

Pero los juegos no fueron su único invento. Miguel decidió regresar a su feliz infancia y aplicarla a la educación de sus niños. “Frente a mi escuela vendían unas bolsitas blancas que les llamábamos sorpresitas y ahí venían unos libritos con cuentos. Cuando yo llegaba a mi casa, mi papá o mi mamá me los leían y los coleccionábamos con los demás compañeros cuando los teníamos repetidos”.

Miguel consultó con otros maestros y concluyeron que era un buen método para acercarse a los niños. Teniendo en cuenta que el colegio no tiene emisora comunitaria, los profesores leen los cuentos por medio de WhatsApp, intentando representar los diferentes personajes con voces. Al final, plantean preguntas que los estudiantes deben responder.

Finalmente, decidieron crear la app Mi ciclo app. Allí los estudiantes mandan sus trabajos académicos y pueden compartir la aplicación con su familia. Esta aplicación se consigue mediante un código QR, pues es la tecnología que manejan en el colegio. Mediante este código QR, los estudiantes pueden descargar la aplicación. En la app pueden ver enlaces a la página de la Secretaría de Educación del Distrito, cursos de inglés gratuitos y diferentes páginas educativas.

Miguel González está convencido que la diversión y la educación van de la mano y esto es lo que se encarga de hacer día a día… que sus alumnos aprendan mientras se divierten y dejar en ellos una enorme huella y grato recuerdo escolar.

¡La educación en primer lugar!